Tratando de explicar a lo que llamó rumores, el directivo intentó descalificar los hechos y ante una evidente desesperación para defender el proyecto, no le quedó otra opción que comentar que ‘las versiones en el sentido de que los excedentes de la planta desalinizadora en Rosarito se venderán a Estados Unidos, han surgido desde aquel lado de la frontera, pero la realidad es que no existe ningún contrato con nadie’.

Por supuesto que no hay ningún contrato, porque faltan los permisos del gobierno federal en México, el Distrito de Agua de Otay (DAO) ya recibió el permiso correspondiente de Estados Unidos. También cabe recordarle a Alex Hinojosa que nos son ‘versiones’, sino minutas oficiales del organismo que indican como han entablado conversaciones (con gobierno estatal, NSC Agua, incluido el BDAN) para comprar agua a la planta de Rosarito.

A través de un comunicado, la BDAN comentó que no es viable vender agua a Estado Unidos porque tendrí­a que bombearse hacia el norte, sin embargo, soslayó que con el permiso de presidencia que recibió el DAO en mayo pasado, le permite construir una tuberí­a de agua potable de casi cuatro millas que comienza en la frontera entre México y ese paí­s.

Es decir, quienes se encargarán de la infraestructura para tomar el agua son los estadounidenses, por lo que recordamos que Mark Watton, director general del DAO dijo que la aprobación del permiso presidencial el 16 de mayo marca ‘un salto gigante’ para convertir a su área en el primero del paí­s en importar agua de México.

‘El proyecto del ducto de 30 millones de dólares del distrito proporcionarí­a a sus clientes (220 mil personas) un nuevo suministro de agua a prueba de sequí­a’, comentó a mediados de año a los medios de San Diego.