Niños rescatados de cueva en Tailandia califican como un ‘milagro’ que los hayan salvado

Publicado 18 julio, 2018

El entrenador, Ekapol Chantawong, narró que durante esos nueve dí­as estuvieron sin comer y bebiendo el agua que se filtraba por las paredes de la cueva.

Los 12 niños que fueron rescatados en grupos, entre el 8 y el 10 de julio pasados, luego de permanecer dos semanas en la cueva Tham Luang -donde estuvieron atrapados después que el acceso se inundara impidiendo la salida del lugar-, dieron una conferencia de prensa este miércoles, donde compartieron su experiencia, misma que calificaron como ‘un milagro’.

El grupo estuvo internado en el hospital de Chiangrai Prachanukroh de Chiang Rai y el alta médica fue anunciada una vez que todos lograron recuperarse para retornar a sus casas al mismo tiempo. Evidentemente felices y agradecidos, los 12 niños y a su entrenador dieron una conferencia de prensa de 45 minutos de duración que fue transmitida por la televisión local y por las grandes cadenas televisivas del mundo.

En el programa especial, titulado ‘˜Dern Nah Prathet Thai’™ (Tailandia sigue adelante, en español), también participaron familiares de los jóvenes y miembros de la Marina Real tailandesa que intervinieron en el operativo de rescate. Los niños pudieron responder las preguntas previamente aprobadas por los médicos y psicólogos que los atienden, quienes aseguraron que todos los involucrados se encuentran bien fí­sica y mentalmente.

Los menores que tienen entre 11 y 17 años de edad, se mostraron relajados y pudieron relatar los difí­ciles momentos que vivieron. Por ejemplo, detallaron cómo racionaron la comida y el agua, además de que relataron los momentos de desaliento por los que atravesaron, aunque destacaron que siempre intentaron mantener la esperanza en que saldrí­an de la cueva.

Según contó uno de los niños, lograron avanzar ‘tres o cuatro metros’ en busca de una salida durante los nueve dí­as que transcurrieron antes de que buzos británicos los encontraran en una cavidad a cuatro kilómetros en el interior de la entrada de la cueva.

El entrenador, Ekapol Chantawong, narró que durante esos nueve dí­as estuvieron sin comer y bebiendo el agua que se filtraba por las paredes de la cueva. Y aunque afirmaron que no notaron el hambre los primeros dí­as, pasados dos dí­as empezaron a sentirse cansados y débiles. Uno de los niños calificó de ‘milagro’ el haber sido encontrados, mientras que otro aseguró que ‘tení­a miedo de no volver a casa. Estaba seguro de que mi madre me regañarí­a’.

-Con información de EFE y dpa.

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