Columna semanal
Hace alrededor de dos semanas se estrenó con bombo y platillo una serie original de HBO que aborda dos de los problemas más urgentes del país: la inseguridad y la desigualdad. Lo hace desde el punto de vista de una poderosa familia de San Pedro Garza García, una de las comunidades con el mayor ingreso per cápita, no solamente de México, sino en Latinoamérica. Gracias a la capacidad que tiene la ficción para abrirnos la puerta a la imaginación y al mundo privado de los demás, podemos observar cómo viven los mexicanos más ricos del país la crisis de inseguridad desatada desde el inicio de llamada guerra contra el narco en el 2006. En cierto modo, la idea que gravita en todo momento durante la serie es cómo la violencia ha alcanzado a quienes por mucho tiempo creíamos blindados de las salpicaduras del crimen organizado. En ese sentido, la historia de la serie está basada en cómo el poliédrico político y empresario Mauricio Fernández Garza llegó a la presidencia municipal en un contexto en el que los secuestros y los homicidios habían extendido su presencia en el municipio más rico y “seguro” del país. Fernández Garza había regresado a la política en el 2009 para asumir por segunda ocasión la presidencia municipal de san pedro, después de haber sido senador del estado de nuevo león (1994 – 2000). De modo que una vez en el poder, el empresario reconvirtió a San Pedro Garza García como el bastión de seguridad que en ese momento empezaba a deteriorarse. Ahora bien, uno de los aspectos que convierte a este personaje en un político bastante singular es que siendo un político de derecha y miembro del PAN, creía que una de las principales soluciones al problema del narcotráfico consistía en la legalización de las drogas, una medida fundamentalmente liberal.
Uno de los directores de la serie, el eminente periodista y escritor Diego Enrique Osorno, ha dedicado un documental, “el alcalde”, y un reportaje, “un alcalde que no es normal”, a ahondar sobre la manera en que este gobernó a través de la implementación de estrategias que implicaban la paramilitarización de la seguridad pública. Por ejemplo, sabemos gracias a este reportaje cómo el empresario activó a todo un dispositivo de seguridad de inteligencia militar israelí para mantener al margen el creciente avance de la violencia en el municipio. Osorno tiene dos libros, “el cartel de Sinaloa” (Grijalbo, 2009) y la guerra de los zetas (Grijalbo, 2012), donde incluye amplios fragmentos en los que explora la realidad social y política de San pedro; de modo que la serie tiene un sólido soporte documental que orienta el desarrollo de las posibilidades de la ficción y dan la clave para interpretar en ella la travesía de un personaje que se prone acabar con el crimen en su comunidad.
Otra de las ideas que parece sugerir la serie es cómo ha habido la necesidad desde los gobiernos municipales de pactar con facciones del crimen organizado para garantizar la seguridad pública. Y este hecho pone de relieve la manera en que hay una nueva soberanía – no necesariamente estable – donde el estado necesita del apoyo de una fuerza que opera fuera de todo orden constitucional para hacer frente a las tareas de seguridad. De manera que este es un fenómeno nuevo que caracteriza a un aspecto importante del problema más agudo del país en los últimos años.
El reparto de la serie está conformado por Miguel rodarte quien encarna a Mauricio Fernández Garza cuyo personaje en la serie lleva el nombre de Marcos Parra; Tessa ía interpreta a la hija de Marcos; así como Karina Gidi, Lumi Cavazos, Mayra Hermosillo, Julieta Eugorrola, entre otros.
Debido a la enorme financiación de un gigante como HBO, la serie es extraordinariamente sugerente desde el punto de visa que concierne al diseño de producción y a todo el lenguaje visual que la conforma. De tal manera que a través de la serie vemos tomas deslumbrantes del cerro del oso, así como también de los rascacielos y algunas locaciones icónicas del área metropolitana de la ciudad de Monterrey. Si hubiera que definir en una palabra de qué trata “sierra madre, prohibido pasar” diría que es la historia de la relación que tiene el poder con el dinero; y sobre todo, cómo el ejercicio del poder político permite transformar ciertas realidades contextuales. Al mismo tiempo la serie es una invitación a pensar hasta qué punto las decisiones que se emprenden desde el poder político rebasan los márgenes de la legalidad.
Escrito por: Dante Pérez Ramos