Por redacción ndt.
En la política mexicana los oportunistas son bien conocidos y Baja California no es la excepción de estos casos lamentables. Para muestra un botón: el PES de Hank.
Dejando las cosas en claro, hay que decir que los hankistas se estaban trepando a la ola morenista como parásitos hasta que su máximo líder, Jorge Hank Rhon, “la regó” insultando el trabajo del presidente de la República y eso le costó que el morenismo se los sacudiera de encima.
Estaban muy confiados los tricolores con camiseta de morados creyendo, frotándose las manos con las posiciones políticas que la 4T de AMLO les iba a dar y desaprovecharon la oportunidad de la peor manera posible, ya que no se le ve mucho futuro al pesismo (o pesimismo) bajacaliforniano.
En la acera de la ventaja: la de MORENA, la fuerza de AMLO se ve muy fija para guiarlos hacia el cuarto “carro completo” consecutivo luego de arrasar en las elecciones de 2018, 2019 y 2021 y justo ese empuje se complementa muy bien con el Partido Verde Ecologista de México.
Así las cosas, en cada uno de los lados de la calle política.
El nuevo PES, el de Hank, es un partido que tiene dinero sí, el dinero de las apuestas y del Hipódromo, pero es un partido sin estructura, sin liderazgos ideológicos, ni candidatos fuertes y menos una dirigencia bien conformada. Todos factores que apuntan a un fracaso político más para Hank Rhon.