COLUMNA DE IMPACTO.
Por Rodrigo Medeles.
TIJ— Pese a las rabietas, exabruptos y resistencia de Araceli Brown Figueredo, la alianza que, su partido Morena formó con los partidos del Verde Ecologista, PESBC y Fuerza por México ya tiene precandidata a la alcaldía de Playas de Rosarito.
Y es que, Araceli no concibe que Laura Torres, la mujer a la que venció en la pasada elección del 2021, sea altamente probable la persona a quien deba entregarle las llaves de la presidencia municipal de Rosarito.
De hecho, ha expresado su desacuerdo en que, su partido le entregue al PESBC las condiciones para que sean ellos, y solo ellos los que designen al candidato (a) a la alcaldía… ¡Pesadillas le espantan el sueño placido que ha tenido en los últimos años!
La “compa” del exgobernador Jaime Bonilla y ahora “compa” de la precandidata Claudia Sheinbaum ya pidió y le fue concedida una licencia de 10 días para separarse del cargo y atender el “asuntito” por petición de los ciudadanos que gobierna.
Según la alcaldesa, lo hace porque el pueblo sabio le manifiesta que Playas de Rosarito no quiere el siglado del PESBC, sino el de Morena. Es decir, que sean los morenistas los que pongan al candidato, y de paso, que sea ella la que deje a su sucesora… ¡Nada tontita!
Para no darle muchas vueltas a este “asuntito” les diremos que todo parece indicar que, la alcaldesa de Playas de Rosarito busca “curarse en salud” en la ciudad de México, que no se le persiga y que se le garantice impunidad por aquellos temas de corrupción que una administración ajena pudiera encontrar.
Por lo pronto Laura Torres se ha registrado para competir por la alcaldía, y como primer acto de buena fe ha dicho que, de llegar, buscará “servir y no servirse”, una frase bastante trillada, pero que extrañamente y por razones desconocidas le sigue funcionando a los políticos.