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Represión democrática

por Rodrigo Medeles R.

Publicado 27 marzo, 2018

Dudo, luego Pienso…………………………….’¦

Por: Luis Samano.

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Durante el correr de la semana hemos sido parte de diversas noticias que han conmocionado nuestra realidad local: í­ndice de ejecuciones elevadas, incendios (imprudenciales y provocados), protestas ante las polí­ticas públicas, destapes de candidatos plurinominales, ataques mediáticos, crisis de credibilidad, etcétera, un caos que hace pensar en la falta de gobernabilidad que vive el Paí­s.

Si bien, nuestro sistema polí­tico de carácter centralista, gira en torno a la figura del presidente, el nacionalismo es un sentimiento que fue erradicado hace ya varias décadas, teniendo su tiro de gracia en la polí­tica neoliberal impulsada por Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), a partir de esta ‘apertura’ democrática y de libre mercado donde una de sus principales herencias es el TLC ‘“cuya renegociación fue tan polémica- el cual ha puesto al Paí­s en el escenario internacional. Vivimos en un tiempo en donde cada fenómeno que se desate, por más local que sea, tiene una influencia internacional. Bajo este sentido, podemos apreciar como las sucesiones presidenciales que giran en torno a México vienen marcadas de una tendencia hacia al conservadurismo y la represión, aferrarse a la seguridad que da la mano dura a través de polí­ticas públicas inflexibles que proponen el orden a consta de la coercibilidad del estado, es la tendencia en las Democracias occidentales: Alemania con Merketl en su cuarto periodo como Canciller; Chile con Sebastián Piñera que va por un segundo periodo; Colombia en la posible reelección de Juan Manuel Santos por un tercer mandato; Rusia la apuesta sin oposición de Putin; y el caso México el cual se ve envuelto en una sucesión con alma tecnócrata y conservadora. En el Pacifico Oriental vemos la aprobación de la reelección indefinida en China para el Padre del Capitalismo asiático, lo que parecer ser una versión moderna de Mau Tse Tung.

Es así­, como vemos en el caminar de los dí­as, una democracia dormida, una democracia secreta, como en el discurso de Bobbio I poteri invisibile (Los poderes invisibles) en donde señala sobre la Democracia visible y la Invisible, un gobierno que se muestra electivo y abierto a la escucha y, por otro lado, bloques de poder que fraguan proyectos en virtud de los intereses de los grupos que deciden sobre la vida dinámica de la nación.

El mismo Norberto Bobbio nos habla del escándalo como una de las heridas a la democracia, tal es el caso que vemos la renuncia del Presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) entre acusaciones de corrupción y sobornos, un escándalo es el insulto a la democracia, sin embargo, este postulado es poco entendido en los paí­ses latinoamericanos en donde sus sistemas polí­ticos están sustentados en la figura presidencialista resulta polí­ticamente incorrecto el que un presidente renuncie (como podemos ver en el caso México, donde a raí­z de escándalo tras escándalo el Presidente se mantiene en el poder hasta la entrega de la banda)

Estos sucesos conllevan a respirar un aire de oscurantismo cerebral en donde la necesidad de creer es más fuerte que la necesidad de pensar, en donde podemos apreciar respuestas vací­as y mesiánicas ante los problemas sociales, discursos secos, en los cuales se respira el odio alimentando el terror de unos y las esperanzas de otros.

Alimento de fe polí­tica, necesidad de confiar en un Sistema de Gobierno que resulta agotado para otros y perfectible para algunos, pero marcadamente influenciado por la vuelta a la supresión de pensamiento, a la persecución de la crí­tica y a la promoción de la disidencia de convicciones bajo la bandera de la moral represiva.

¿Quiénes serán los ganadores de este proceso electoral?

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Comentario
A raí­z de la entrevista realizada a López Obrador el dí­a de ayer en Milenio, me hizo eco una frase ‘no necesito ser Presidente para realizar un cambio en mi paí­s’, declaración que me invita a la reflexión: en doce años ¿Qué cambio a promovido en pro del Paí­s?