Los directivos aseguran que el bebé de la paciente de 16 años de edad ya no presentaba signos vitales al llegar al nosocomio
Tijuana, 15 Septiembre 2018 (NDT).- El Hospital General de Tijuana sostiene, a través de sus directores, que el bebé de la paciente de 16 años de edad ya no presentaba signos vitales al llegar al nosocomio, por lo que se procedió conforme a los protocolos de atención ante dichos casos.
El director del nosocomio, Clemente Zúñiga Gil, negó categóricamente que la muerte y, posterior decapitación, de un bebé de 37 semanas de gestación fuera causado por negligencias de los médicos que atendieron a la paciente.
La doctora explicó que la decapitación del cuerpo del bebé fue consecuencia del grado de maceración del mismo; sin embargo, aceptó que no es una situación normal el desprendimiento de alguna parte del cuerpo del bebé.
Se dio a conocer que ‘la paciente ingresó a la unidad el día 11 de septiembre a las 0:00 horas, donde se le realizó una valoración médica, en la cual ella refiere haber iniciado con un manchado vaginal y tener dos días de no detectar movimientos fetales, por lo que los médicos, al momento de la revisión, se percataron que el bebé no tenía frecuencia cardiaca’; además, se detectó que la mamá presentaba preeclampsia, misma que se caracteriza por una presión arterial elevada durante el embarazo.
Cuestionada sobre por qué no se le había realizado una cesárea desde el momento en que se supo que el bebé ya no presentaba frecuencia cardíaca, la doctora indicó que debido a que la paciente presentaba trabajo de parto, se continuó supervisando su evolución para realizar un parto normal.
Siempre, aún en caso de preciampsia y feto obitado, la cesárea no es la primera opción para resolver un parto, según indicó la doctora.
Se determinó que el feto ya tenía tres días sin presentar frecuencia cardíaca; esto, una vez que el cuerpo fue extraído del útero de la madre.
El director del hospital precisó que aun cuando un bebé ha fallecido en el útero de la madre, se puede desencadenar el trabajo de parto con contracciones uterinas irregulares, las cuales pudieron haber sido confundidas por la madre y la abuela con el movimiento del bebé.
La jefa de ginecología descartó que el bebé muriera a consecuencia de que el cordón umbilical se enrolló en el cuello, como se dijo en información difundida por los medios de comunicación.
En el hospital, hay una prevalencia de cuatro casos de óbitos al mes, en promedio, por diversas causas. En los embarazos de riesgo, por la corta edad de las madres, es una de las más frecuentes. En un año, se registran en promedio 70 casos de bebés muertos antes de nacer. Estos óbitos se consideran desde las 20 semanas de gestación hasta un embarazo de término.
Por último, el director señaló que sí hay una investigación interna del caso, ya que, aseguró, todos los hechos en donde un bebé fallece se investigan.
Fuente: El Sol de Tijuana