Pasadena, California. — Más de 500 personas, en su mayoría residentes de Pasadena y Altadena, acudieron al refugio habilitado en el centro de convenciones de Pasadena tras perder sus hogares a causa de los incendios forestales que comenzaron la madrugada del miércoles 08 de enero en Altadena.
María González, migrante mexicana, narró entre lágrimas cómo le negaron regresar a su departamento por estar en la zona donde el fuego aún estaba activo. “Me siento triste… porque pude perder todo. Lo bueno es que estoy bien y tengo familia que me respalda, pero la situación está horrible”, expresó.
Los vientos de Santa Ana, con ráfagas de hasta 170 kilómetros por hora, alimentaron las llamas que destruyeron viviendas y cobraron la vida de cinco personas.
En medio de la tragedia, la solidaridad brilló. Empresas llevaron alimentos calientes gratuitos al refugio, mientras taqueros y vendedores de frutas ofrecieron comida a los afectados.
“Aquí estamos para darle servicio hasta a 800 personas, y nos sentimos a gusto de ayudar”, dijo Salvador Magno, empleado de una de las empresas voluntarias.