Haitianos y centroamericanos, luchan por sus espacios, mientras que comienzan a surgir las enfermedades contagiosas.
Las alertas y el gobierno poco o nada han podido hacer. La situación en El Chaparral, llega a su punto clímax, ahora con enfrentamientos entre haitianos y centroamericanos, que mantienen varios conflictos en esta ´´tierra de nadie´´.
Se asaltan entre ellos, se destruyen sus casas de campaña y hasta se roban su pocas pertenencias. El racismo y la exclusión, también comienza a hacerse presentes:
‘Dicen que no debemos estar aquí, es porque somos de Haití’, denunció Leandre, un migrante haitiano.
Según grupos haitianos, los centroamericanos no quieren que pernocten en El Chaparral y son presionados mediante actos violentos para que dejen el lugar. Dicen que son discriminados por su color de piel.
En contraparte, migrantes centroamericanos denuncian que los haitianos son agresivos contra las mujeres, por ello piden que se retiren.
‘A una amiga la quiso violar un haitiano. Todas nos pusimos a gritar. No es justo porque tenemos que andar juntos para que no nos ataquen’, dijo una mujer de 35 años que no quiso revelar su nombre.
‘Se ha venido revolviendo todo, porque la gente se está desesperando de que no podemos cruzar’.
Migrantes de El Chaparral indican que no hubo intervención de la Policía Municipal, pero la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) de Tijuana no lo ha confirmado.
‘Les vamos a traer los camiones para que se vayan (a albergues), pero sean conscientes porque no porque estén en la línea van a pasar (a Estados Unidos). Tenemos que hacer un trámite, un papel donde diga sus nombres y por qué vienen huyendo de su país. La mayoría de los migrantes dijeron no estar interesados en retirarse del lugar, argumentan que en los albergues, pasadas dos semanas, les cobran 30 pesos diarios.