** En su gestión, el otrora presidente municipal aprobó la integración de la Plaza Cívica Municipal, al Proyecto urbano denominado ‘Zócalo 11 de Julio’, que incluyó daños irreversibles al Parque Benito Juárez
Por Rodrigo Medeles │ Noticias de Tijuana
¡Lo dice y lo repite una y otra vez!, Jorge Ramos no deja de afirmar que se compromete en buscar lo mejor para Tijuana. Pero como dicen por ahí, ‘del dicho al hecho… hay mucho trecho‘.
El Candidato ya no solo promete pacificar una ciudad en guerra. Ahora su discurso electoral va mucho más allá. Ramos de repente también es ecologista, y según él va a luchar por preservar el medio ambiente de la frontera más visitada del mundo, Tijuana.
No importa que no tenga la más mínima idea, no importa que ni él mismo se trague ese cuento de hadas. Tampoco le interesa todo lo que hizo en contra del medio ambiente cuando los ciudadanos confiaron en él hace más de una década.
Aquí lo único importante es endulzar los oídos de los votantes previos al 6 de junio, y por supuesto… ¡Ganar!
¿Quién nos garantiza que una vez en el poder, no vuelva a entregar el Parque Público Benito Juárez, patrimonio de los habitantes de esta ciudad, a la élite para convertirlo en una caprichosa plaza comercial?
Aún hoy retumba en los oídos de los tijuanenses dignos, aquella lectura leída en sesión ordinaria de Cabildo donde todo el cuerpo edilicio aprobó la integración de la Plaza Cívica Municipal, al Proyecto urbano denominado ‘Zócalo 11 de Julio’, conforme a la petición derivada de la Comisión de Obras y Servicios Públicos de este Ayuntamiento.
Puede parecer un recuerdo lejano pero lo cierto es que el candidato de hoy, no supo ser el Presidente de ayer.
Los tijuanenses honestos y comprometidos nunca olvidarán como no hubo objeción por su parte cuando le propusieron aquel descabellado proyecto, que pretendía ‘sembrar’, entre los edificios del Palacio Municipal y el Centro de Gobierno del Estado, una enorme plaza comercial, según para la recreación y la sana convivencia de los tijuanenses.
El proyecto denominada Zócalo 11 de Julio, impulsado por doña Carolina Aubanel Riedel, y bautizado por la ciudadanía como ‘la plaza del capricho’, fue dado a conocer en sesión del cabildo, precisamente durante la administración del XIX Ayuntamiento, encabezado por el actual candidato Jorge Ramos Hernández.
Se inició la construcción aun en contra de la voluntad popular, que advertía sobre la indiscriminada tala de árboles que se ejecutaría, sin embargo, nuestro actual candidato ‘ecologista’, le valió un sorbete la voluntad del pueblo que para él nunca estará por encima de sus intereses.
Ante la afrenta, ciudadanos dignos se manifestaron. Muchos acamparon en las inmediaciones de Palacio Municipal, y hasta se abrazaron y encadenaron a los árboles en un pacífico ejercicio de civismo y democracia.
Pero esto tampoco le preocupó al otrora Presidente Municipal, quien hizo y deshizo al amparo de diputados del PAN que desecharon el juicio político que por esta causa, y en su contra, estableciera la ciudadana María Teresa Vallejo Pérez, según consta en el Dictamen número 10 de la Comisión Jurisdiccional del 8 de Noviembre de 2011.
En esa trama digna de novela, los diputados de la XX Legislatura Rubén Alanís Quintero, Guadalupe Sánchez Arredondo, Ricardo Magaña Mosqueda, Elisa Rosana Soto Agí¼ero, todos presididos por Julio Felipe García Muñoz, solaparon las canalladas de Jorge, el ‘ecologista’ al desestimar el juicio por no reunir los requisitos de procedibilidad, aunque el tiempo les dio a otros la razón al ser cancelado el proyecto.
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El conflicto del cual aún se habla, también tuvo otras subtramas colaterales, en las que el papel protagónico también fue asumido por Ramos, quien en su libre albedrío, y en virtud de las facultades otorgadas por la ciudadanía, decidió concesionar además, un emblemático predio contiguo al Palacio Municipal, para construir un estacionamiento público, y una vez más buscar el beneficio económico.
Sin embargo, como la mentira tiene ¨patas cortas¨, tiempo después, dicho estacionamiento fue clausurado, al detectarse serias fallas en su estructura. Los planos de esta obra absurda, también brillan por su ausencia, y las manos de Jorge Ramos, el actual candidato ‘pacificador y ecologista’, siguen manchadas de cemento y arena.