En las últimas semanas las noticias sobre hechos en los que se ven involucrados lí­deres religiosos y de sectas son cada vez más impactantes.

Los actos donde se les acusa a quienes se proclaman apóstoles o salvadores de almas han dejado en claro que tenemos una grave crisis de principios y valores en la sociedad.

La gran necesidad de Fe y vací­o de amor convierten a sus seguidores y fieles en ví­ctimas de quienes se suponí­a estaban ahí­ para rescatarlos o regresarlos a la propia a sociedad mediante la sana convivencia y paz.

Estudiosos de religiones y de organizaciones llamadas sectas recuerdan que sacerdotes de la iglesia católica han sido involucrados en redes de pederastia, presuntos abusos en contra de menores en Estados Unidos, Mexico, Italia, Polonia, Chile, Centroamérica y otros paí­ses donde han manifestado su repudio ante los reprobables hechos.

En México se revelaron más casos de delincuentes sexuales identificados por ser sacerdotes en contra de menores de edad.
Señalan que México habí­a reconocido que 152 sacerdotes fueron retirados de su ministerio sacerdotal por pederastia clerical en los pasados nueve años.

Sin embargo los casos de pederastia en México han sido denunciados desde hace décadas, aunque han sido pocos los que han llegado a ser confirmados.

En el 2002 la Iglesia fue acusada de cubrir los casos de abuso e incluso de ofrecer dinero por el silencio de sus ví­ctimas.

El lector recordará, manifiestan los estudiosos a AJEDREZ POLíTICO,
el caso tristemente más emblemático de la iglesia católica en México, que fue el de Marcial Maciel y sus Legionarios de Cristo, que involucraban el abuso sexual contra varios seminaristas y niños.

Recientemente el sacerdote Francisco Javier Bautista, está señalado como presunto responsable del homicidio del estudiante Hugo Leonardo Avendaño, sucedido en la Ciudad de México.

¿Qué está sucediendo? ¿Qué pasa en una mente tan retorcida que puede llevar a cometer esa actos crimí­nales?

Lo cierto es que este tipo de actos no es privativo de quienes representan la iglesia católica o quienes se aprovechan de la vulnerabilidad de sus creyentes y fieles.
El lí­der de la iglesia de La Luz del Mundo autoproclamado apóstol de Dios en la tierra, Naason Joaquí­n Garcí­a, fue acusado en California de encabezar diversos graves delitos en contra de menores de edad, es otro caso donde el poder y liderazgo religioso es aprovechado para actos perversos y reprobables.

Keith Raniere lí­der de la secta Nxivm quien ha sido condenado en Nueva York por asociación delictiva y tráfico sexual se suma a la lista de lí­deres ‘morales y espirituales’ que terminan conformando alianzas tan destructivas para las victimas.

Esta última organización que durante veinte años se promoví­a como un grupo de «autoayuda» y que afirmaba tener miles de seguidores, se convirtió en una red de esclavitud sexual de mujeres que eran marcadas por los colaboradores del lí­der de dicha secta.

Así­ pues , esclavizar mujeres con fines sexuales, pornografia infantil, tráfico de personas, trata, violacion, pederastia entre otros actos criminales a las que dijeron que habí­an sido obligadas a las ví­ctimas parecen ser un común denominador en estos lí­deres salvadores de almas y apóstoles que no vienen del cielo ni del cosmos, son hijos, son hermanos, son producto de familias que lamentable durante su crecimiento tienen a retorcer su mente como producto de la descomposición social y el abuso de poder sobre sus fieles creyentes, una especie de sistema amo-esclavo.