A esto se dedicaban “El Mencho”, Caro Quintero y otros lí­deres de los cárteles de la droga antes de ingresar al mundo del narco

Publicado 29 septiembre, 2018
Las ocupaciones insospechables de los jefes de los cárteles antes de aparecer en las listas de los más buscados

México.- Era el año 2010, Servando Gómez Martí­nez alí­as “La Tuta”, lí­der del cártel de los Caballeros Templarios en Michoacán aparecí­a en dos listas: la de los más buscados y en la nómina de los profesores que trabajaban para el Estado y es que antes del narco tení­a una vida normal como maestro de educación básica en su natal municipio de Arteaga, en el estado de Michoacán.

Se le conocí­a como “El Profe” aparentemente “era un maestro muy comprometido”, según dijo una fuente a Infobae al que le molestaba la situación de miseria que viví­a mucha gente, pero en 2001, cambió el aula de clases por la AK 47 y empezó su historia delictiva a gran escala que terminó con su detención el 27 de febrero de 2015.

Según información de Radio Fórmula, hasta 2016 su nombre seguí­a apareciendo el sistema de información de docentes del Ministerio de Educación Pública. Sus ingresos como docente eran superiores a los 51.000 pesos mensuales (USD 2.700), un salario nada malo en un paí­s donde el pago promedio para los trabajadores es de 6.000 pesos (USD 319) al mes.

Pero así­ como “La Tuta”, hay capos que incluso estudiaron una carrera universitaria como Dámaso López, “El Licenciado”, quien durante años fue uno de los lí­deres del Cártel de Sinaloa, junto con Joaquí­n “El Chapo” Guzmán Loera.

El Licenciado” estudió abogací­a en la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), pero antes de eso, según el diario El Paí­s, cumplió con una estricta formación religiosa con las carmelitas misioneras, una congregación católica dedicada a la educación de la juventud, a la asistencia espiritual y a la pastoral, mediante la atención de escuelas, casas de espiritualidad, para ancianos y hospitales.

Ya graduado empezó a trabajar en la Fiscalí­a de Sinaloa, dirigió un programa de búsqueda de prófugos de la justicia y para el año 1999 se convirtió en un alto funcionario en la rama de la administración del sistema penitenciario, que se centraba en instituciones de máxima seguridad, incluyendo la penitenciarí­a de Puente Grande en Jalisco, donde “El Chapo” estaba recluido.

“El Licenciado”, según información de los gobiernos de Estados Unidos y México, creo una red de guardias de prisiones corruptos y fue él quien personalmente organizó la primera fuga del “Chapo”, de la cárcel de máxima seguridad de Puente Grande, el 19 de enero de 2001, pocos meses después renunció a su puesto en la cárcel para sumarse a los mandos del Cártel del Sinaloa.

Según su carta de renuncia no estaba contento con el salario ni las vacaciones.

De la mano del gobernador

Otro de los capos mexicanos que primero estuvo del lado de la ley es Miguel íngel Félix Gallardo, cuya historia será contada en la tercera temporada de la serie Narcos de Netflix.

En agosto de 2008 su familia creó que una página web (www.miguelfelixgallardo.com) que ya no está en lí­nea, en la que se contaba una especie de versión oficial sobre la vida del capo, quien entonces ya estaba tras las rejas, detenido por el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena Salazar.

Ahí­ se contaba que la mayor biblioteca de Sinaloa, su estado natal, ubicada en instalaciones de la UAS, fue construida gracias a sus donaciones.

Pero en cuanto a sus ocupaciones previas a ser “El jefe de jefes”, como se le conocí­a a este fundador del Cártel de Guadalajara y nacido en 1946, Félix Gallardo empezó a trabajar en la policí­a judicial a los 17 años y fue asignado como escolta del entonces Gobernador de Sinaloa, Leopoldo Sánchez Celis, reseñó el periodista Diego Osorno en 2009.

Sánchez Celis, quien fue gobernador de 1963 a 1968 se convirtió en su padrino y socio. Se retiró de la policí­a al finalizar el periodo del gobernador para el que trabajaba y 1977, “El jefe de jefes” ya acumulaba 15 ordenes de aprehensión.

Su relación con el gobernador se hizo tan cercana que fue su padrino de bodas y después, el capo fue el padrino de bodas de uno de sus hijos, Rodolfo Sánchez Duarte.

Rafael Caro Quintero, también nacido en Sinaloa, y actualmente el hombre por el que la DEA ofrece la mayor cantidad de recompensa (USD 20 millones), no siempre fue narco. Sus padres eran campesinos de pocos recursos y como el mayor de tres hermanos decidió huir de su casa a los 18 años.

Su primer trabajo fue como chofer de un bus colectivo, pero no le duró mucho ya que conoció gente que sabí­a de su origen campesino y que le ofreció mucho dinero por sembrar marihuana en las tierras de sus padres, y así­ inició su carrera criminal.

Sobre Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, se sabe muy poco, pero entre ese poco es público que uno de sus primeros trabajos, aún siendo niños, fue en la siembra de aguacates, algunos dicen que en Uruapan, otros que en Aguililla, los dos municipios en Michoacán.

Años después, junto con su hermano Abraham, cruzó ilegalmente la frontera con Estados Unidos, donde al cumplir 25 años fue detenido por tráfico de heroí­na y deportado a México, donde se desempeñó como agente de policí­a en los municipios de Cabo Corrientes y Tomatlán, en el estado de Jalisco.

Sin embargo, finalmente abandonó la policí­a para unirse al llamado Cartel del Milenio, un viejo aliado del de Sinaloa, para después fundar su organización criminal: el Cártel Jalisco Nueva Generación hoy dí­a el más poderoso de México.

Fuente: Vanguardia

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